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23 may 2019

MONTAÑAS NEVADAS



















PRIMO DE RIVERA
DE PLENA ACTUALIDAD




MONTAÑAS NEVADAS




Chevi Sr.

26 jul 2011

Don Fernando Primo de Rivera y Orbaneja








Queridos todos: 
Yo esperaba poder felicitaros ayer con la publicacion de este articulito, pero no fue posoble. ya que me lo han publicado en el periodico  LA VOZ DE CADIZ. con un dia de retraso. Con un dia de retraso os lo dedico a todos. Un fuerte abrazo.
 Tomas



Monumento a Alcántara

Hay unanimidad entre los historiadores del Desastre de Annual que en aquella tragedia hubo una memorable acción que brilló con luz propia: la protección de la retirada llevada a cabo, en julio de 1921, hace ahora noventa años, por el Regimiento de Caballería Alcántara, bajo las órdenes del teniente coronel jerezano Don Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, quien perdió la vida en esa acción junto con la casi totalidad de los miembros de dicho regimiento. Un siglo más tarde, resulta fácil criticar el expansionismo de España en Marruecos, sin embargo, hay que señalar que en aquellos tiempos, sobre todo desde la Conferencia de Berlín de 1885, no se era nadie en el concierto mundial si, a su vez, no se era potencia colonizadora. Aun cuando, a esa fecha, España venía de vuelta de aventuras coloniales y ya tenía una dilatada hoja de servicios en ese aspecto, la frustración nacional que se vivía por la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas como consecuencia de la guerra hispano-norteamericana, quiso corregirse con el protectorado marroquí establecido en 1912. Para mayor aliciente en pro de la acción de España en Marruecos, Inglaterra quería impedir a toda costa tener a Francia frente a las costas de Gibraltar y prefería la presencia de España. Aún así, la expansión colonial en Marruecos dejaba de ser una cuestión unánime en la sociedad española y tenía muchos detractores. España no estaba para mayores aventuras coloniales. El Desastre de Annual no fue un desastre solo del Ejército, que lo fue y grande, sino de toda España, especialmente de sus dirigentes. Mucho se ha escrito sobre Annual, es uno de los episodios de la reciente historia militar que más literatura ha generado, Abarran, Igueriben, Annual, Sidi Dris, Dar Drius, Batel, Monte Arruit, Zeluan y Nador son tantas posiciones como fracasos no exentos de heroicidades, pero en las más de ocasiones, autenticas derrotas, en algunos casos, vergonzosas defecciones ante el asalto de los fieles a Abd el-Krim. Tan solo mantiene el tipo el Regimiento Alcántara, y algunas otras pocas unidades, excepciones no menos dignas. El Alcántara, sin embargo, como tal unidad orgánica desapareció, fue aniquilado, destruido, destrozado en el cumplimiento de su deber. El diario inglés 'The Times' en un artículo publicado el 22 de agosto de 1921, calificó las cargas del Regimiento Alcántara como épicas.
Resulta doloroso reconocer que en España se conozcan más las dudosas gestas de la Caballería extranjera que las heroicidades de la propia. Como ejemplos, señalaré la Carga de la Brigada Ligera en Balaclava, y la Batalla de Little Big Horn del Séptimo de Caballería, al mando del teniente coronel Custer. Escuece aún más, cuando se constata que dichas acciones fueron de muy dudosa ortodoxia militar, cuando no, trágicos errores de inexpertos e incapaces jefes militares como Lord Cardigan y su cuñado e inmediato superior, Lord Lucan. «Individualmente, ninguno de los dos estaba capacitado para el puesto que ocupaba; juntos eran un desastre», señala el capitán y psicólogo ingles Norman F. Dixon en su magnífico libro «Sobre la psicología de la incompetencia militar». Un poema del poeta Tennyson en la Inglaterra victoriana transformó el desastre en una epopeya, y una película de Errol Flynn en 1936, hizo el resto. El impulsivo Custer, quien también tuvo sus películas, tampoco se salva de las críticas. Son bien conocidos los errores que le llevaron al inútil sacrificio de su unidad: rechazó refuerzos, dividió sus fuerzas ante el enemigo, se negó a dotarse de armas pesadas, sobrevaloró sus propias fuerzas, y como no, error frecuente en los vencidos: minusvaloró a su enemigo. A pesar de los errores e incompetencia de sus jefes, no puede negarse la valentía y destreza de los jinetes en ambas acciones, razón por la que se puede hablar de auténticos errores, aunque magníficamente ejecutados. Errores, al fin y al cabo.
Sin embargo, es unánime la favorable crítica de la acción del Regimiento de Caballería Alcántara y de su teniente coronel: un sacrificio ejemplar en beneficio del resto de las fuerzas propias. Una heroicidad conscientemente ejecutada y magníficamente dirigida. La protección de la retirada de un ejército que retrocede es una de las misiones típicas de la Caballería, que suele costarle la propia existencia. Es poco conocido que las bajas del Regimiento Alcántara, que supusieron más del 90% del regimiento, es la más alta jamás conocida de un regimiento de Caballería europeo. De 33 jefes y oficiales solo sobrevivieron 7, uno ileso. De 24 suboficiales murieron 20, de 67 cabos únicamente se salvaron nueve, y así, en todos los empleos: trompetas, herradores y soldados.
Don Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, a quien no se le conocía filiación política, era hermano del dictador Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, tío del fundador de Falange José Antonio Primo de Rivera y sobrino del que fue capitán general en Filipinas que propicio la paz de Biac-na-bató. Un hijo suyo, teniente de Caballería, murió en la Guerra Civil. Don Fernando nació en 1879 en el número 41 de la jerezana calle Francos, estudió en el Colegio San Luis de Gonzaga y posteriormente continuó en el Instituto de Enseñanza Media donde obtiene el título de bachiller. Ingresó en la Academia de Caballería en 1898 completando su formación en la prestigiosa Academia de Caballería francesa de Saumur. Con fama de educado, culto y magnifico jinete, supo estar en su sitio y mandar ejemplarmente el regimiento Alcántara en los sucesos de Annual. El teniente coronel Primo de Rivera murió en Monte Arruit a causa de las heridas ocasionadas por un cañón enemigo, teniendo que amputársele el brazo derecho sin anestesia, que no había, muriendo poco después a causa de la gangrena. Durante el asedio se comportó ejemplarmente, constituyéndose en el alma de la resistencia. En estos tiempos, en que tanto se valora en las FFAA, la opinión de los superiores, cobra especial relieve las declaraciones en el expediente Picasso de los soldados sobrevivientes en relación con su jefe: sencillamente ejemplar. Savater, en uno de los pocos estudios en que analiza la genérica figura del héroe en el último medio siglo, define así a quien logra combinar la acción la excelencia. Primo de Rivera, a diferencia del irresponsable Custer, o de los impresentables Cardigan y Lucan, indubitadamente encaja en esa categoría. Como publicó ABC con motivo de la imposición por Alfonso XIII de la laureada a título póstumo al teniente coronel Primo de Rivera: «En Annual, no fue todo desastre, no fue todo derrota; lo dicen los restos laureados de D. Fernando Primo de Rivera, el héroe de una derrota».
TOMÁS TORRES PERAL
COMANDANTE DE CABALLERÍA, ABOGADO Y ECONOMISTA