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14 jul 2012

TÓPICOS SOBRE ANNUAL


Querido Chevi:
Como te dije por teléfono, te remito un trabajo hecho a vuela pluma y revisado por el sabio criterio de Jesús Martínez de Merlo, sobre algunos de los muchos tópicos en que , por estar incorporados al imaginario popular, desde hace años, incurren quienes con una magnífica intención, escriben sobre la heroica gesta de los jinetes de Alcántara.
LEGIONARIOS
(Esta leyenda puesta inicialmente es errónea. Ver comentarios)

CINCO TÓPICOS SOBRE ANNUAL
1.    En su afán de llegar a Alhucemas el “impulsivo” General Silvestre, alargó excesivamente sus líneas logísticas y sembró el territorio de pequeños puestos indefendibles.
La ocupación de Annual se llevó a cabo en enero de 1921.
·         La finalidad no era llegar a Alhucemas, operación prevista para cuando en la zona occidental se resolviera el problema de “El Raisuni”, sino aislar la Kábila de Beni Said.

·         Las líneas logísticas eran igual de largas en enero que en julio.

·         Los puestos diseminados por el territorio, se ocupaban de acuerdo con los Kaides de las Kábilas y fracciones y eran perfectamente defendibles ante las agresiones de pequeños contingentes. Sólo cuando Abd-el Krim logró organizar un Ejército y rebelar la casi totalidad del territorio de la Comandancia General de Melilla, fueron incapaces de resistir el empuje rifeño sucumbiendo muchos hasta el último cartucho y el último hombre en algunos casos con verdadero heroísmo. 
2.    Las Fuerzas Indígenas desertaron en masa pasándose al enemigo.
Si bien prácticamente toda la Policía indígena se pasó al otro bando, no puede decirse lo mismo de los Regulares, de los que, Compañías y Escuadrones completos llegaron hasta Tistutin, combatiendo y en orden. Allí fueron embarcados en tren hasta Zeluán, donde fueron desarmados y abandonados a su suerte, pese a lo cual ya en septiembre, a medida que se iba recuperando el territorio, se presentaron en sus Unidades.
Como ejemplo significativo, el último Oficial defensor de la posición de Abarrán, fue un Oficial Moro, que se suicidó al entrar los harkeños tensamaníes en ella. 
3.    La retirada de Annual fué un auténtica desbandada.
Aunque el propio expediente Picasso llega a esta conclusión, en el mismo figuran numerosos testimonios de Jefes de Unidad que se replegaron con las suyas controladas, agrupadas y con muy pocas bajas mortales.
Los partes que en Ben Tieb y Dar Drius e incluso en Monte Arruit se elevan a la superioridad, permiten hablar de Unidades organizadas.
Con mala intención o sin ella, se ha hecho figurar como bajas del repliegue a las guarniciones de todos los puestos, no replegados, muchos de los cuales resistieron sobre el terreno hasta el heroísmo. 
4.    Los Oficiales abandonaron a sus Unidades, y arrancaron sus divisas para ser confundidos con tropa.
Fueron contados los casos de Oficiales que tuvieran esta conducta casi todos procesados y condenados, otra cosa es que luego se les indultara.
Arrancarse las divisas significaba despojarse del uniforme, pues en esa época se llevaban bordadas.
El hacerse confundir con tropa, era una conducta suicida pues, si bien en combate el rifeño procuraba eliminar a los Oficiales para dejar las unidades sin mando, en el cautiverio se respetaban sus vidas porque eran una fuente de ingresos procedentes del rescate.
5.    La tropa estaba mal instruida, el armamento era deficiente y el mando incapaz.
El servicio militar en filas duraba tres años, tiempo más que suficiente para instruir a un soldado. Es cierto que el último reemplazo se había incorporado recientemente y enviado pronto al campo ante la evolución de los acontecimientos y la imposibilidad de recibir refuerzos de la zona occidental donde se estaba a punto de acabar con la resistencia de El Raisuni.
El armamento individual era el fusil Mauser muy superior a la media de armas individuales de la época. La Artillería estaba dentro de los parámetros normales en unos Ejércitos que acababan de pasar por una guerra mundial y liquidaban sus excedentes.
El Comandante General y el General Segundo Jefe, tenían una prolongada experiencia de servicio en campaña con resultados tan brillantes que les habían llevado a los puestos que entonces ocupaban. Los Oficiales eran lo más selecto del Ejército que, según las Juntas Militares de Defensa servían en África por afán de ascensos y recompensas, cuando muchas veces la recompensa era la muerte.
Es posible que el mando fuera sorprendido, a partir de julio, por unos procedimientos tácticos de los rifeños muy diferentes de los que se habían encontrado en campañas anteriores.
Curiosamente, pocos autores aluden a esta falta de información, responsabilidad del Coronel Morales, muerto gloriosamente en Annual y perfecto conocedor del rifeño, pero que, a mi modo de ver, no pudo apreciar la transición de las harkas kabileñas actuando independientemente a un Ejército rifeño organizado, equipado y coordinado.
Un fuerte abrazo legionario


Juan Ignacio Salafranca Álvarez
Instituto de Historia y Cultura Militar